Alquimia y Respiración

 
 

La anatomía humana energética es el campo de juego para las fuerzas divinas. Está construida externa e internamente para expresar en forma óptima las modalidades tanto cósmicas como terrenas. Los cinco dedos de la mano, el par de ojos, las ventanas de la nariz, los pies, las manos, las cavidades dentro de los órganos, el cráneo, los resonadores del tronco, etc. ¡Damos tanto por descontado! Los mecanismos de respiración dentro de nuestros propios cuerpos encierran la llave a la santidad y la maestría.

 

En los últimos veinte años se ha escrito profusamente sobre el arte de respirar. Respirar es sinónimo de vida. El renacer, por ejemplo, es tan antiguo como la Alquimia. En Oriente se recuerda una fracción de los poderes que genera la práctica de la respiración, en el taoísmo y en los sistemas yóguicos del Pranayana. Estamos aprendiendo de nuevo que la respiración no es un simple fenómeno físico. Dentro del instrumento humano reverbera el aliento de Dios, el aliento Cósmico de Fuerzas electromagnéticas que danzan alrededor de nosotros en un océano de pulsaciones.

 

La respiración activa las propiedades de nuestras facultades inferiores y provee así mismo la sustancia para la transmutación. De acuerdo con el tipo de respiración que se utilice, los elementos agua, tierra, aire o fuego son activados y de ellos sacamos aquellos poderes que se requieren tener, aplicar o modificar. La respiración es el gran catalizador del uso de los tres poderes, con infinitas aplicaciones.

 

A través de ciertos tipos de respiración podremos también encontrar el balance necesario para el sendero espiritual. A menos que llevemos una vida balanceada y esto incluye una buena dosis de humor y de juego, las intensas prácticas del sendero espiritual pueden hacer mella en nuestro físico. La redención y determinación no deben confundirse con el fanatismo y el deseo espiritual. En un sentido real hay mucho tiempo. Porque el tiempo es mente y la verdad está más allá de los reinos del tiempo y de la mente.

 

La Alquimia Interior no tiene nada que ver con la Alquimia de la Edad Media revestida de miedos y mistificaciones, de oscuros poderes y manifestaciones lóbregas y obsesivas. En nuestro siglo, en este tiempo no hay más lugar para el miedo y la destrucción. Las fuerzas de la luz prevalecen e iluminan nuestro camino a las verdades internas que se tornan irrefutables e irreversibles, una vez experimentadas.

 

Sin embargo, no existen pruebas externas que puedan mostrarse a los escépticos. Con sólo atreverse a ver, el Ser encuentran pruebas suficientes para darse cuenta de que no existe más que una sola energía, una sustancia, una luz, una misma fuente –dentro de Dios-. Una vez tocado, todo se convierte en oro y estamos entrando en una Edad Dorada. El oro y el cristal son para la Alquimia lo que Dios es para la vida. Incólumes, incapaces de ser contaminados, contienen la pureza de la totalidad, la esencia de la integridad.

 

La alquimia Interior es la corporización de la fuerza del Espíritu. Tanto el fuego como el Hombre no pertenecen a la tierra, aunque la Tierra sea parte de él. La alquimia Interior es un proceso que lleva al origen verdadero de todos los procesos: DIOS MISMO.

 

ALQUIMIA INTERIOR – Zulma Reyo

 

 

LOS SIETE CUERPOS

 

PRIMER CUERPO: Físico

 

Es el depósito de la sustancia de todos los cuerpos. Refleja todos los cuerpos y transmite todas las energías de los rayos a través de los chakras (representado en él por el sistema endocrino). Es la sustancia densa. Existe sólo en el tiempo y espacio tridimensional. Su asiento es la base de la espina dorsal.

 

SEGUNDO CUERPO: Emocional

 

No está limitado a tiempo y espacio. Responde más rápido. Sus sensores tienen largo alcance. Le gustan la intensidad y el cambio. Responde a vibraciones más refinadas. Su capacidad de sentir va desde la pasión animal al amor desinteresado. Junto con el Tercer Cuerpo convierte los sentimientos en acciones a nivel físico, atrayendo la sustancia necesaria para que se manifiesten. Su asiento está en el plexo solar.

 

TERCER CUERPO: Mental Inferior

 

Es la mente lógica o concreta. Recibe pensamientos de planos superiores para implementarlos a nivel físico.  Está sujeto a ilusión y control. Construye ideas mayormente de la masa mental. Está dividido en subplanos o compartimentos. Su asiento está en el cerebro físico.

 

CUARTO CUERPO: Etérico

 

Es cuerpo físico “refinado”. Contiene los registros etéricos, el molde del cuerpo de Luz, las energías astrológicas y los chakras (fuente de vitalidad). Provee la oportunidad de aprender maestría sobre los impactos. Este cuerpo es el puente entre las sustancias vibratorias superiores e inferiores. Es el vehículo para los viajes fuera del cuerpo, usado por la consciencia mental y emocional. Se conecta con el físico, por el cordón de planta.

 

QUINTO CUERPO: Mental superior

 

No tiene pensamientos dualistas. Intuición. Conocimiento. Nos libra de las vibraciones del plano material. Puede estar sujeto a ilusiones. Actúa como mediador entre la Consciencia Crística y la personalidad humana. Su asiento está en las áreas del tercer ojo. La discriminación del superconsciente.

 

SEXTO CUERPO: Causal

 

Conocido como Consciencia Crística. Almacena los tesoros y talentos de anteriores reencarnaciones. Es el Ser perfeccionado. Se cree que su asiento está fuera del cuerpo, sobre la cabeza o delante de la frente.

 

SÉPTIMO CUERPO: Electrónico

 

Es fuente de toda energía o Presencia de dios individual. Irradia energía pura y sin modificar para utilizar en todos los cuerpos. Su asiento está por lo menos a nueve metros sobre la cabeza.

 

ALQUIMIA INTERIOR – Zulma Reyo