Vidas planeadas

 
 

Vidas planeadas

 

Cada ser planifica y se prepara para la siguiente vida mientras permanece en el mundo espiritual. Este plan incluye dónde va a nacer, cómo va a crecer y con quien va a crecer. A quien va a conocer, qué va a experimentar y cómo finalizará su vida. Sin embargo, este plan de vida para una persona es demasiado complejo como para que lo haga sola. Para planificar una nueva vida, el individuo tiene en cuenta todas las vidas anteriores y decide qué nuevas experiencias necesita con más urgencia en la vida siguiente. Luego se investigan las opciones de las que se dispone.

 

Con vistas a este plan, el individuo debe saber lo que va a ocurrir en el mundo de la tercera dimensión en la época en la que él o ella va a vivir y, además, qué karma debe ser resuelto en la próxima vida. También debería conocer las reglas relevantes de la reencarnación, e incluso debe recibir por adelantado el visto bueno de aquellas personas que van a participar en la vida futura. Además, hay determinados papeles que exigen ciertos requisitos. Dado que hay tantos elementos por tener en cuenta, un solo individuo no puede realizar satisfactoriamente la planificación de una vida. Tiene que recibir ayuda de los expertos del mundo de la cuarta dimensión.

 

Uno de los asuntos más importantes en la planificación de una vida es la elección de los padres, porque la relación de una persona con sus padres determina muchas de las cosas que ocurrirán en su vida. Por encima de todo, se determinan los genes físicos, dependiendo de qué padres son elegidos, de modo que esto influye enormemente en las condiciones físicas y predisposiciones. También determina el ambiente físico de la infancia, incluido ambiente del hogar y la educación, lo cual influye directamente en el carácter y, en gran medida, controla la vida. Cuando las personas se hacen mayores, empiezan a pensar que toman sus decisiones por su propia voluntad, pero la verdad es que las decisiones siempre están influidas por las ideas preconcebidas y los conocimientos que se forman principalmente en la infancia. En este respecto, al elegir los padres para la próxima vida, se completa una gran parte del plan de vida. Se podría decir que el esbozo de una vida es creado mediante la selección de los padres y de varios acontecimientos de la vida a los que los humanos llaman “coincidencias”.

 

En una sociedad que establece que la búsqueda de la felicidad es una prioridad, la gente que experimenta cada día como una carga podría preguntarse incrédula: “¿Quién planearía una vida tan dura para sí mismo o sí misma?” Esta es una pregunta muy natural para la mayoría de la gente, que todavía ve la vida desde el punto de vista material, olvidando quién es en realidad. Pero este tipo de preguntas desaparecería para la persona que empieza a comprender el verdadero significado de la existencia.

 

Para todos los seres de la Tierra, el propósito de la vida es experimentar y aprender lecciones, una tras otra, a través de la experiencia. El aprendizaje se logra mediante experiencias de éxito o fracaso, pero se aprende más como resultado de las experiencias tristes y dolorosas que como resultado de las experiencias alegres. Cuando un ser en el mundo espiritual planifica la próxima vida, el plan de vida es creado principalmente desde el punto de vista del aprendizaje, sin tener mucho en cuenta el dolor físico o la felicidad humana. Por lo tanto, si es necesario se eligen experiencias de tristeza y dolor y se las inserta en el libro de jugadas de la vida. Ciertamente hay que tener en consideración muchos otros elementos, pero la próxima vida se decide desde el punto de vista del crecimiento de la consciencia y es planeada después de tener en cuenta las experiencias que ya se han tenido en otras vidas.

 

Cuando la gente empieza a entender cómo funciona el universo, pronto se da cuenta de que realizar una predicción del futuro desde un mundo en las dimensiones superiores no es tan difícil. Todos los recuerdos de un ser están almacenados en sus aura y todos los acontecimientos del universo están perfectamente registrados y pueden ser reproducidos de inmediato si es necesario. En los mundos de las dimensiones superiores del universo, los recuerdos del pasado de cada ser son conocidos a fondo y se entiende que esos recuerdos influirán en los pensamientos y las decisiones del ser, de modo que las decisiones que tome en determinados momentos pueden ser predichas de antemano. Por lo tanto, cuando se toman decisiones importantes en la planificación de una vida (como, por ejemplo, qué padres se escogerán, con quienes se encontrará y qué “coincidencias” ocurrirán), entonces el plan de vida de un alma está prácticamente al completo.

 

Aunque una vida ya está planificada por adelantado, no siempre ocurre que se desarrolle exactamente tal como se planeó. Cuando un alma está en un cuerpo físico, los recuerdos de la persona sólo existen como unas sensaciones vagas. Así pues, es difícil saber con certeza cómo influirán esos recuerdos en el proceso de toma de decisiones. Por ese motivo el llamado “libre albedrío” de los humanos desempeña un papel muy importante. Las energías externas con las que los humanos pueden entrar en contacto fácilmente, como por ejemplo, las formas de pensamiento, también pueden hacer que una vida se desvíe del plan de vida principal. Por estas razones no hay ninguna garantía de que una vida se desarrolle tal como se planificó originalmente.

 

Puede sonar un tanto irónico, pero cuando se planea una vida se tiene en cuanta la posibilidad de desviarse del plan principal a causa de las diversas variables de la existencia. Por lo general, muchas personas viven sus vidas y mueren más o menos según se había planeado. Especialmente en el caso de aquellas que reconocen la importancia de los sentimientos internos, no hay muchas posibilidades de que se alejen del plan original. Independientemente del tipo de vida que se planee, la vida que se pretende para cada individuo es la mejor para el crecimiento particular de su consciencia, de modo que es importante vivir una vida siendo fiel a los sentimientos internos.

 

La verdadera vida de un individuo puede desarrollarse de una forma muy distinta al plan original, pero las personas que fueron designadas para papeles especiales o importantes son protegidas y guiadas por los guías espirituales a fin de impedir que se desvíen del propósito de su plan principal. Para el Proyecto Gaia, un plan a gran escala para el universo, un gran número de seres de las dimensiones superiores llegó a la  Tierra en forma de energía para proteger a los Guías de los acontecimientos inesperados. Mientras los Guías que vinieron a la Tierra como humanos se preparan para sus misiones, los seres en cuerpos de energía protegen y guían a cada uno de estos para que continúen viviendo tal como se planeó.

 
 
Hwee-Yong Jang
 

 

 

Planetas habitados

 

En el universo hay muchos más planetas habitados que gotas de agua hay en todos los océanos de nuestro mundo. Así que ya nos podemos imaginar cuánta vida inteligente hay allí afuera.       Decíamos que el universo es infinito y debe poblarse. Pero, ¿cómo se puede llenar un espacio si éste es infinito? La respuesta es que la cantidad de mundos o planetas flotando en el espacio sideral también será infinita y nunca parará de crearse tales mundos. Se sabe, gracias a la información de los espíritus superiores, que en el universo hay muchísimas dimensiones. Algunos han revelado conocer hasta unas 57 dimensiones, desconociendo ellos las que existen de ahí para adelante.  

 

  Cada dimensión compone una innumerable cantidad de galaxias. Pero no todos los planetas de una misma galaxia pertenecen a una sola dimensión determinada. Por ejemplo, nuestra galaxia (la Vía Láctea) alberga millones de planetas habitados por seres inteligentes. Nuestro planeta, al que llamamos Tierra o Planeta Azul está en la tercera dimensión, pero hay planetas en la constelación de Sirio que albergan vida y cuyos habitantes pertenecen a la quinta dimensión. (La constelación de Sirio está en nuestra propia galaxia). Así que el mapa de dimensiones que vemos arriba es muy relativo.        Esta cuestión de dimensiones que diferencia a mundos de los cuales unos son más avanzados que otros es algo complejo, pero no es imposible de entender.  

 

 Las dimensiones son para diferenciar el nivel evolutivo en que se encuentran los planetas y no las galaxias; porque en una misma galaxia alberga mundos de primera dimensión hasta dimensiones realmente muy avanzadas.          Las dimensiones no están circunscritas ni determinadas en tal o cual posición del universo. Sino que son los propios planetas los que determinan a qué dimensión pertenecen.        Entendamos que el hecho que estemos cerca de un planeta el cual esté en la cuarta o quinta dimensión, no quiere decir que cuando desencarnemos vamos a reencarnar a ese planeta cercano, ya que sólo deberemos recorrer o peregrinar por aquellos que estén determinados en la tercera dimensión. Pasadas todas las pruebas exigentes de la dimensión en la que estemos, pasamos a otra de un grado superior y así sucesivamente.           Pasar de una dimensión a otra es un largo camino, así que si estamos en la tercera dimensión y venimos de la primera, quiere decir que ya hemos reencarnado, incluso millones de veces. Pulir nuestros defectos y moldear nuestros atributos no es camino corto ni fácil, y, más largo es aún la adquisición de conocimiento.     Decimos que pasar de una dimensión a la otra es un camino muy largo ya que realmente lo es. Se requieren muchas reencarnaciones y el número de éstas será relativo al esfuerzo de cada espíritu, pero no obstante por muy rápido que se vaya, el número de reencarnaciones para pasar de una dimensión a otra se pueden contar por millones y no por simples de miles.     Curiosa contradicción para el que abraza la doctrina budista, que cree que con tan sólo siete o menos reencarnaciones alcanzará la iluminación o el Nirvana.     Se puede sin lugar a dudas correr para alcanzar un determinado lugar según las ganas que tengamos de llegar, pero saltar y soslayar tramos del camino es imposible. Es como el niño que quiere alcanzar la madurez en tan sólo unos días. O el preescolar que pretende llegar a la universidad en cuestión de semanas. 

 

 LUCIANO DE LA TORRE - La Tercera Revelacion de la  Ley de Dios